jueves, 11 de mayo de 2017

Caprichos (Parte 3)

Gente mía!!!!
Hoy estoy más animada.
El nene cada vez más grande, tolerando más cosas, pasando más rato en su hamaca con sus cosas.
Los perros lo adoran y tengo unas ganas horribles de hacer la sesión de fotos del niño, junto con los perros si podemos, ya que se portan de maravilla desde que Iker entró en casa.
Son una pasada, como protegen a su hermanito pequeño y como lo cuidan. Dejaré un par de fotos para que las veáis, son geniales.
Tengo una familia maravillosa, a la que cuido con mucho mimo cada día y a los que QUIERO CON LOCURA!!!

Dejaré hoy un trocito más de la historia, ya que no tengo otra preparada porque, la que tenía pensada pero, me la quiero currar bien para vosotros, así que ahí os la dejo y espero que os guste y lleguéis al final, QUE YA QUEDA POCO!




El fin de semana salimos a comer a casa de unos amigos y ese fue el primero que Nala pasó toda la tarde sola.
Se portaba tan bien que nos fuimos bastante tranquilos.
Al llegar a casa, habiendo pasado muchas horas fuera, sabíamos que podría haber algún pipí o alguna caca, ya que Marta quiso dejarla dentro con el temporal que hacía, pero para sorpresa nuestra, había mucho más que todo eso!
Destrozó todo el comedor, o todo lo que pudo. El aparato del wiffi hecho añicos, el sofá todo desplumado, un montón de papeles rotos por el suelo... Una barbaridad.
Agarré a la perra por el pescuezo, le dí unos azotes con la mano en el culo, le puse el bozal y la dejé pasar la noche en la terraza.
Si, se que aún no le había hecho la caseta, que mi mujer llevaba semanas diciéndome, pero no le iba a pasar nada. Al fin y al cabo, tenía que aprender, y todos los animales eran salvajes. Podría apañárselas.
La mañana siguiente, me desperté ya de mala ostia. Aún me duraba el cabreo de toda la que lio ayer Nala, pero pese a ello, me levante de la cama e hice mi rutina matutina.
Café y cigarro mientras leía las noticias del periódico.
Mi mujer había dejado entrar a la perra en cuanto se levantó, y sólo me exalte, cuando escuché esos gritos que bajaban del baño. Estará riñendo a la perra, pensé así que seguí a lo mio.
Cuando apareció en el comedor con la perra en brazos, no me lo podía creer.
Ella no la quería, y aun así la tuvo que bañar con agua bien caliente y secar-la, para poder hacerla entrar en calor.
Aquella noche había caído bastante tormenta, y sin darnos cuenta, pasó toda la noche en el jardín, sola y sin ningún lugar donde refugiarse. Menos mal que Marta era madrugadora, y no se nos llegó a morir, según mi mujer, de milagro!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Caprichos (Parte 4)

Amores míos! Que tal vais pasando la semana? En esta casa no hay descanso NON STOP. Perros para arriba, niño para abajo, una locura jaj...