miércoles, 10 de mayo de 2017

Caprichos (Parte 2)

Guapuras!!!
Como están ustedes?
Nosotros andamos de relax estos días, ya que por fin se acabaron tantas visitas al médico.
No se si os lo conté pero, cuando fuimos una de las visitas por el tema del peso, me dijeron que tenía que introducirle biberones porque cogía el peso muy despacio, cosa que a mi no me sorprende siendo “prematuro”, habiendo nacido con 3 semanas de antelación, pero en fin los médicos son así, yo le compre su leche y desde entonces toma suplemento.
Realmente, se lo doy cuando y como me da la gana, ellos dicen que tiene que ser después del pecho, por el tema de que coma más pecho que bibis, y también para que luego me agarre bien el pezón.
Si os digo la verdad, este niño se toma el biberón de 60 ml mínimo, más media hora casi de cada pecho en cada toma, sin horario alguno sino a demanda, lo único que biberones no le doy tantos.
Solemos darle el bibi por la mañana, más que nada para poder yo desayunar mientras el lo hace con papá, y luego durante el día le doy cuando me da la vena o tengo algo que hacer y esta muy ansioso, o en el coche cuando no tengo más huevos.
La enfermera cree que a engordado por el suplemento, y no lo niego pero sinceramente, no le doy ni la mitad de biberones que ellos piensan, ya que me recomendaron 30 ml cada tres horas después del pecho si lo pedía.
Vamos a ver el niño pide todo el día, a todas horas, así que no voy a estar dándole biberones cuando tengo la leche a cuestas pero, 4 diarios se toma el niño seguro de 60 ml mínimo, más su hora de pecho jajaja.
En resumen tengo un niño tragón, que la última vez que fuimos al pediatra, la enfermera nos dijo que había engordado 410 gramos en diez días, algo que esta fenomenal.
Ya no me enrollo más y vamos a la chicha que lo más bueno de la historia para mi es el final y tengo ganas de llegar a el jajaja.




No solo eran 300€, sino que además, lo tenía casi a una hora de casa.
Me las tuve que ingeniar para que mi querida esposa no sospechara, así que nada más entrar en la cocina, le comenté que Antonio me había enviado un mensaje para quedar con el esta misma tarde, y a pesar de no haberle hecho mucha gracia, asentó con la cabeza y continuó guardando la comida. Le gustaba poco que quedara con el ya que sabia lo tarde que solía llegar siempre, y lo lejos que el vivía, pero aún así aceptó!
Habiendo terminado ya de comer, subí al baño me duche y arregle y para poder llegar a la hora acordada.
Una vez abajo me deslicé con alegría hacia el sofá dispuesto a darle un beso a mi princesa y acto seguido a grandes zancadas cogí las llaves del coche y salí por la puerta.
Sacando ya el coche del garaje, con la música a tope, inicié el navegador con la ubicación que Alberto me mandó esta mañana, y seguí el camino. Estaba como loco por llegar!
Fue bastante rápido todo, la verdad. Al llegar el chico ya me estaba esperando y cuando me dejó pasar, solo tuve que elegir uno pagarle y marcharme de aquel lugar.
Antes de llegar a casa, tenía que comprarle comida, collar, correa y algún cinturón.
Bastante dinero me había costado ya como para encima comerme una multa!
Paré en el primer chino que encontré, y cogí todo lo necesario para poder retomar el camino a casa.
No sabría como describiros la cara de mi mujer al entrar por la puerta. Al principio fue una sorpresa y alegría, cuando vio al perro, no se si era de cabero o desesperación total!
Ella no quería animales, pero no sólo fue eso, era un cachorro y encima de raza peligrosa!
La tranquilicé, vamos solo tenía 2 meses y podían educarle a su manera, y además era una hembra muy adorable y cariñosa.
Realmente no le hizo mucha gracia, pero en cuanto la cogió la cosa cambió por completo.
Tras varios días con la perrita ya en casa decidimos juntos ponerle el nombre de Nala. No por ser la raza que era tenía que tener un nombre fuerte o agresivo, así que estuvimos de acuerdo los dos, a pesar de ser más idea de ella que mía. Al menos había aceptado.
Era una perra buenísima. La primera semana la lió bastante entre pipís, cacas y romper alguna que otra tontería, pero poco a poco fue aprendiendo a comportarse y lograr hacer sus necesidades en el jardín, o en la calle.
Se fue habituando a los horarios de paseo, aunque era Marta la que siempre la sacaba.
Que cariño se les coge en tan poco tiempo. Cada vez era más cariñosa a pesar de que pasaba poco tiempo con ella, me esperaba en la puerta, a la hora exacta en que yo llegaba de trabajar, después de pasarme todo el día fuera de casa. 

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