Hola amores, como va todo?
Se que os he mantenido muchos días de
espera, pero he esperado a habituarme y recuperarme un poco, antes de
ir al grano con mi rutina habitual.
Se que Mia os adelantó algo, pero aquí
estoy yo para contároslo todo.
El día 11 de Abril de 2017 a las
18:12, nació nuestro pequeño y esperado príncipe. Para mi, fue una
bendición en muchos sentidos. En ese día, hace muchos años, nació
la persona que para mi ha sido de las mas importantes de mi vida, MI
ABUELA!
Cuento esto con algo de tristeza y
nostalgia, ya que por desgracia falleció hace casi 5 años.
QUE DESCANSO POR DIOS! El no tener
barriga y que por fin se me han ido todos los males, salvo la
cesárea.
Como sabéis, por el problema de la
cadera, tenía la cesárea programada y firmada, a la espera de la
llamada para confirmar día y hora, pero este pequeño no quiso
esperar más.
Y si os parece, os voy a contar un poco
como sucedió todo.
Pues bien, el día 11 de abril a las
13:20, tenía anestesista para dejar todo listo para la cesárea, y
la visita fue genial. Me tocó una Dra de 10, que me explico todo a
la perfección. Es una mujer que pincha si, pero también a sido
pinchada varias veces, así que inspira más confianza.
Al salir de la visita, aproveché para
ir a comprar un par de cosas y volvimos para casa. Mi marido se fue a
trabajar, y yo me metí en la cama con la intención de una siesta, o
al menos reposar la espalda, así que me tomé un paracetamol (que es
lo único que podía tomar) y me dispuse a dormir.
Me extrañó mucho, que de repente se
me fuera el dolor de espalda por completo y tan de golpe, pero cuando
quise darme cuenta el dolor me pasó delante. Al ir al baño, me di
cuenta de que estaba sangrando (aunque no mucho) y pensé que, de
momento aguantaría un poco, y si seguía saldríamos corriendo, y
así fue.
Sobre las 16:30 llamé a mi marido que
ya no podía más, y nos dirigimos al hospital de urgencias.
Cuando llegamos, enseguida me pasaron y
ni media hora tardaron en decirme que estaba de parto, que con solo
una hora de contracciones aproximadamente había dilatado ya 5
centímetros, así que sin rodeos, se pusieron a preparar quirófano,
vías, sondas y demás para poder atenderme como era debido, y lo
antes posible.
Mi sorpresa fue, al entrar en quirófano
y encontrarme con la misma anestesista que me atendió, no hacia
muchas horas y lo agradecí mucho.
Eran todo mujeres (así que, me sentí
como en casa), salvo el chico que me sujetaba mientras me ponían la
epidural.
Lo paso muy mal la pobre Dra para
dormirme bien, con la desviación de cadera y espalda, me pinchaba en
un lado y se me dormía el contrario y viceversa. Pero lo hizo
genial, no me dolió nada y se portó como una campeona.
Todo el mundo muy agradable, aunque
recuerdo muy pocas cosas de lo que pasó allí dentro, ya que en
cuanto me puso la anestesia y deje de sentir dolor de espalda y las
contracciones, podría decirse que me quede dormida.
La Dra me iba contando lo que me
hacían, entre cabezada y cabezada.
Cuando por fin me lo sacaron, y después
de estar preguntando cada dos por tres si quedaba mucho para
conocerle, me despertaron enseñándome la cosa mas bonita que mis
ojos habían visto jamás. Me dio tiempo solo, de darle un beso, y se
lo llevaron corriendo con papá, donde lo esperaba ya sin camiseta
para empezar ese vínculo tan especial entre padre e hijo “piel con
piel” mientras a mi me miraban bien y me cerraban.
Poco después me reunieron con lo que
ya era mi familia.
Puedo aseguraros que fue un descanso en
muchísimos sentidos, pero sentimentalmente hablando, es
prácticamente imposible describir las sensaciones que ese momento
provoca.
Puedo deciros, que mi estancia en el
hospital estuvo bastante bien. Por fin han cambiado el catering,
ahora la comida esta mucho más buena que antes y me lo comía todo,
aunque ya sabéis que soy muy glotona.
Con las enfermeras bien, aunque como
todo.. siempre hay alguna subnormal que toca los huevos, pero
bueno...
El niño iba bien, yo cada día me
encontraba mejor, y cuando ya llevábamos tres días y dos noches
allí metidos, me dijeron que todavía no me daban el alta, porque el
niño había perdido algo de peso.
Es algo totalmente habitual que al
crecer también, más aparte todo lo que conlleva para ellos nacer,
pierdan un poco, así que no les hice caso y pedí el alta
voluntaria, aunque me dieron la condición de ir al día siguiente a
la revisión de peso del niño, cosa que acepte encantada.
Creo que una madre, lo primero en lo
que piensa es en su hijo y, desde luego, en casa comía y dormía
mucho mejor, sin que nadie nos molestara.
Por fin puedo decir, que soy madre de
un niño precioso, al que quiero más que a mi propia vida, y pocas
palabras hay en el mundo, para describir todo esto.
Ojo tampoco es fácil, soy una madre
panda con ojeras todo el día, pero con actitud y ganas de todo!
Deseando recuperarme pronto, aunque aun
me quedan algunas semanas, y mandando un beso muy fuerte a todos mis
lectores (aunque seáis poquitos os aprecio mucho), me despido hasta
el siguiente post.
OS ADOROOOOOOO!!!!!❤